Ala de Avispa Editores

Una historia en el camino:

Guerreros Celestiales

Si no hay contrato, no hay trato.

Por un Morador del Camino

Si buscas escuchar una historia, te sugiero que te acerques a los Moradores del Camino.

Se les puede encontrar por el rumbo del oeste, en dirección al puerto de Travo. Ahí comparten el alimento, la bebida, intercambian artesanías y crean leyendas que llevan de paseo por los poblados del lugar.

En una ocasión, me dirigía hacia Kanaria, la región donde se asentaban los mutantes alados, cuando me topé con ellos.

—Es tarde, mi amigo, los caminos son peligrosos —me dijo un lagarto que calentaba algo en una fogata.

—No vaya a esa tierra —sugirió un humano que se acercó. Tomó una taza de metal y sirvió un poco de la bebida que preparaban—. Tenga, para el frío.

Agradecí y le di un sorbo. Me recordó el sabor amargo y reconfortante de lo que llamamos café, en esta lado de los libros.

—¿Qué busca en Kanaria? —preguntó una voz.

—Voy de paso —le dije.

—Kanaria es peligrosa. La guerra se prepara para volar.

—¿La guerra? —pregunté.

—¿No ha escuchado los rumores?

—No es de por aquí —dijo alguien.

—El ejército de las aves se prepara para combatir a la Legión Mutante —dijo el humano—. El Imperio del Hombre ha sido derrotado y el león oscuro está a punto de tener el control total de Nueva Lemuria.

—Pero no vencerá a las aves de Kanaria —espetó un cuervo, agitando las alas. Yo cubrí mi bebida caliente para evitar que la tierra le quitara el encanto.

—¿Quién es el león oscuro? —pregunté. Por un momento, los Moradores del Camino se miraron en los ojos ajenos y nadie dijo nada. El reptil movió la cabeza para indicarle al humano que siguiera adelante.

—Es un mutante dominado por el lado oscuro de la Joya —dijo el hombre.

—La Joya de Barlak es la gema que contiene la sabiduría de todo lo existente —agregó el cuervo—. Y Barlak es la fuerza que nos creó, que nos alimenta y nos da la vida.

—Báliak era un león albino, el único de esta región. Pero un día sucedió una tragedia… —dijo el lagarto.

—Él estaba destinado a traer el balance de las fuerzas oscuras en la Joya —agregó el humano—. Pero su odio hacia mi raza…

—Un día miró la cara oculta de la Joya —dijo el cuervo—. Y se convirtió en un ser de la oscuridad.

—¡Pero cuéntale! —dijo alguien al fondo—. ¡Cuéntale del hormigo que vivía allá arriba en la montaña!

—Había un hormigo, un sabio y longevo mutante que vivía entre nosotros. Un agricultor que trabajaba la caña.

—¡Era un hechicero!

—¡No lo era!

—¡Él sabía de la Joya!

—Silencio, silencio —pidió el humano a las voces que se confundían a través del fuego de la fogata—. Válmik era su maestro. Pero algo pasó… nadie sabe nada.

—Un día, nuestro amigo Síndar…

El humano se apresuró a interrumpir al lagarto.

—Válmik salvó a una bebé y la llevó a la tierra de las aves para protegerla del león oscuro.

—Y, ¿por qué llevaría a una bebé indefensa a un lugar que está al borde de la guerra? —pregunté.

—¡Porque Válmik es un Guerrero Celestial! —exclamó el lagarto.

—Y en Kanaria vive uno de los Tres Guardianes —agregó el cuervo—. Aquel que nos dio la lengua y la mente a todas las aves.

—Los Tres Guardianes tienen relación con la Joya de Barlak —dijo el humano—. Pero no dejan de ser un misterio para los seres comunes.

—Y, ¿cómo puede uno saber más de los Guerreros Celestiales, de los Guardianes, de la Joya…? —empecé emocionado… pero al ver sus rostros escrutándome, guardé silencio.

—Saber sobre esto lo obliga a participar —dijo el lagarto—. ¿Está preparado para formar parte de una historia maravillosa?

—Porque tendrá que llegar al final… —dijo el cuervo—. Justo como hacen los guerreros.

—¿Está dispuesto? —preguntó el humano.

—¡Lo estoy!

—Entonces tenga esto —dijo el hombre, extendiéndome un libro—. Contemple ahí el resplandor de la Joya de Barlak y acompañe a los Guerreros Celestiales en esta aventura.

Embelesado por sus palabras, tomé el libro entre mis manos. Y cuando miré la cubierta, una luz de color rojizo me cubrió.

El mundo a mi alrededor había desaparecido y me sumergí en el universo de los Guerreros Celestiales.